domingo, 30 de marzo de 2008

TIRAS EN LOS DIARIOS

Las tiras de los diarios pueden ser clasificadas como viñetas unitarias. Se diferencian de la historieta, precisamente, por su extensión, siendo de entre 1 a 6 cuadros “colocados correlativamente, de izquierda a derecha, yuxtapuestas y en la misma línea, como una franja o banda” (De Laiglesia, 1964: 32).
La tira de historieta más breve corresponde a una sola viñeta, cuya unidad es el chiste. “El chiste es una instantánea, un flash de humor, que capta una situación única, un retazo de diálogo, una chispa estética (De Laiglesia, 1964: 32).
El argumento de la tira es breve y, a veces, sólo hace falta un contraste de tiempo o lugar, creando en el lector, en cada plano, la sensación de un momento distinto.
4.1. Clasificación
Por su brevedad, pueden clasificarse en:
Anecdotaria: Es la escenificación de un acontecimiento de la vida cotidiana.
Crítica: Se establece mediante un argumento de tipo ideológico, que interpreta la realidad desde un punto de vista sarcástico.
Política: Refleja el ámbito propio de la política. En las viñetas se representa un aspecto de la realidad que se enmarca en un postura crítica, que puede ser moderada o extrema. También el chiste, en muchos ámbitos, puede llegar a convertirse en una muestra del periodismo de opinión, un verdadero comentario de la realidad o en una crítica que se puede hacer efectiva cuanto mejor esté logrado el chiste.[1]
4.2. Breve historia
En el siglo XVIII, con el auge de la imprenta, aparecen las caricaturas y con ello la evolución del dibujo fue significativo. William Hoggarth fue el primero que pasa a la inmortalidad, seguido por Tomas Rowlandson y George Gruikahank, entre otros. El 18 de noviembre de 1894, en el Sundy World de New York aparece la primera historieta. Su creador fue Richard F. Outcault y su título fue The origen of a new species “El origen de la nueva especie”. En 1895, este mismo autor crea un personaje central en la historieta: Yellow Kid (un niño con una bata amarilla) que va a identificar a la prensa amarilla.
Jorge B. Rivera, en su obra Panorama de la Historieta en la Argentina, hace mención a la evolución de las tiras aparecidas en los diarios que hicieron “escuela” o “historia”. En los diarios argentinos, recién para la década del 20 La Nación decide publicar por primera vez una historieta: Bringing Up Father, una típica tira “familiar” creada en 1912 por el dibujante norteamericano George Mc. Manus. Para mediados de la década del ´20 y ´30, Crítica será el periódico para el desarrollo de tiras nacionales y extranjeras, que permitió captar y mantener el interés consumista de numerosos lectores, gracias al apoyo de una tecnología gráfica que, para 1927, le permitía imprimir a cuatro colores.
La reina de todas las historietas aparecidas en los diarios es Mafalda, la hija de Quino (Juan Salvador Lavado). Es para muchos la gran inspiración. Ha hecho una importante escuela dentro del ámbito gráfico, difícil de superar. Sus críticas y consejos siguen dando que hablar. Mafalda hizo su debut oficial el 9 de setiembre de 1964 en el Diario Primera Plana, en donde se publicó hasta el 9 de marzo de 1965.
4.3. Paratexto de la historieta
El paratexto de la historieta queda establecido por los siguientes elementos:
· Viñetas: Es el recuadro en donde se representa la escena.
· Globos: Es el lugar donde aparece enmarcando los diálogos, que describe al personaje que habla.
· Cabeceras: Identifican al nombre de la historieta, el autor, entre otros datos accesorios.
· Intercalados: Es un auxiliar muy eficaz para el guionista de una viñeta de montaje largo.
· Didascalias: Son recuadros en que aparecen a un costado del plano y marcan el paso temporal o cambio de ambiente.
· Onomatopeyas: Es toda voz o grupos de voces que imitan un sonido de cualquier naturaleza: gritos, exclamaciones, interjecciones, ruidos, etc., de un modo más o menos perfecto.
4.4. Estructura analítica
Para analizar las tiras, se recurre al lenguaje historietista, en el que se pueden diferenciar dos aspectos: el discurso y los elementos narrativos.
Discurso
Desde el punto de vista semiótico, la historieta (cómic) presenta un discurso abierto de significantes: un conjunto de signos que, reunidos, alcanzan distintos grados de significación.
Al analizar una viñeta se verifica en su estructura una yuxtaposición entre un lenguaje de palabras y uno de imágenes, que produce múltiples significados. Cada elemento (palabra-imagen) es una comunicación unilateral.
El estilo que predomina en el cómic es el directo, encontrándose excluidas las apoyaturas introductorias: dijo, preguntó, etc. El monólogo interior, que aparece en muchas ocasiones, se incorpora en el interior de los globos.
La representación de la profundidad espacial, en una viñeta, estará conformada por el uso de la perspectiva. Cada imagen, al ser reproducida con un concepto renacentista –perspectiva de profundidad y aérea–, permite “situar” la escena y leer su enunciado de una manera tradicional. La espacialidad se logra copiando los movimientos de una realidad circundante.
La ausencia de perspectiva contribuye a crear un ámbito de posibles interpretaciones de acuerdo con lo que el autor quiera expresar. El dibujo, al presentarse de esta manera, comprime al máximo sus elementos: una figura plana, con múltiples significados. La ausencia de fondo es casi completa; los objetos se sitúan en forma alineada al plano de representación, ya que están inmediatamente cerca o superpuestos entre sí. Su uso es arbitrario. Lo que se intenta reflejar es un contenido psicológico de los personajes y, al margen de la “actuación”, una espacialidad difusa, pero precisa.
La historieta se diferencia de otras narraciones, precisamente, porque cuenta con un personaje (héroe) que vive situaciones en historias seriadas o unitarias. Pueden ser figuras humanas estilizadas (Superman) o con rasgos caricaturescos en sus facciones y caracteres humanos definidos (Mafalda).
La caricatura muestra una situación ridícula al ironizar las situaciones. El humorismo también se ve reflejado en sus cánones, porque están dadas las condiciones para decir de una sola vez aquellas escenificaciones que en la imagen realista no se da.
Elementos narrativos
El análisis técnico de la historieta puede quedar conformado por los siguientes elementos: guión, planos, representación del tiempo, movimientos interactivos, expresiones teatrales, duración, encuadre, angulación, salto temporal, montaje y ritmo.
Guión: Toda historieta posee un guión, que puede ser definido como “el relato escrito expresamente para ser realizado en forma de historieta” (De Laiglesia, 1964: 17). El guión cumple varias funciones, entre ellas, la de poner en orden la secuencias y determinar la duración de la historieta.
Planos: Se llama plano a las escenas que son representadas en el cuadro o viñetas. Se determinan siguiendo una terminología cinematográfica, para lo cual enumeraremos los principales:
Plano general largo (PGL): La imagen presenta una escena o paisaje en donde todos los objetos tienen la misma importancia.
Plano general corto (PGC): En la escena, puede reconocerse el sujeto, pero predomina el ambiente.
Plano conjunto (PC): Se destaca la presencia de dos sujetos, pero la escenografía se traslada a segundo término.
Plano medio (PM): El o los personaje/s aparecen dibujados casi hasta la cintura.
Primer plano (PP): Aparece sólo el rostro del personaje y sirve para resaltar al máximo su expresión.
Plano detalle (PD): Se aplica cuando se quiera remarcar un detalle del objeto representado.
Representación del tiempo: Lo que determina el movimiento en la historieta es su narración, la que queda plasmada en un tiempo representado por la imagen. La imagen de una viñeta es acción. Puede estar escenificada por una repetición de movimientos, un antes y un después, en la misma figura. Esto conforma un conectivo temporal que logra crear este efecto.
Movimientos interactivos: Los movimientos interactivos (temblequeos) pueden representarse en una secuencia dinámica que produce sensaciones de miedo, el alejamiento del personaje (movimiento con disposición de tiempo), y el de un tiempo representado y narrado. En tales circunstancias, no sólo dependerá de la distribución de los elementos en la viñeta, sino de su continuidad con la siguiente.
Expresiones teatrales: Los gestos y las palabras encarnan una preceptualización análoga de las expresiones teatrales: ira, fatiga, estupor, sorpresa, etc. Los diálogos, introducidos en los globos, representan un sistema lingüístico insertado en uno visual, que permite la comprensión de la escena. La ausencia de palabras (escenas mudas) no ofrece mayores problemas de comprensión.
Duración: Se manifiesta una temporalidad sugerida en una sucesión de espacios que se deben configurar como “ya realizados”, el que queda remarcado por el uso de didascalias (separadores), que ofrecen al lector un cambio de ambiente.
Encuadre: El encuadre determina la disposición del sujeto en el cuadro, para lo cual se obtienen:
Central: El sujeto ocupa el centro de la imagen.
Simétrico: Es idéntico al anterior, pero en vez de un sujeto hay dos.
Asimétrico: Se ubica al sujeto en un ángulo de la imagen o hacia uno de los lados.
En diagonal: La imagen se encuentra inclinada con relación a la línea de horizonte.
Angulación: Determina como se muestra una escena, teniendo en cuenta la altura de nuestros ojos, para lo cual hallamos:
Normal: La escena se muestra desde la altura normal.
De arriba: Desde una altura mayor (empequeñece y humilla).
De abajo: Desde una altura menor (engrandece y dignifica).
Salto temporal: El salto temporal puede estar representado en una sola viñeta. La continuidad de la historia por diálogos proporciona un corte (invisible) que no imposibilita su lectura.
Montaje: Es la descomposición de la acción en momentos por una combinación de planos.
Ritmo: El ritmo de las imágenes se desarrolla en forma rápida y la acción, imaginariamente, con el desplazamiento de los personajes, ambientación y todo aquello que implique movimiento, incluidos sus nexos.
4.5. Lectura (compostum mixtum)
La lectura de la historieta se vale específicamente del análisis que puede hacerse de los elementos paratextuales que la componen y la estructura analítica (discurso y elementos narrativos).
El paratexto ayuda al lector a identificar los elementos que configuran la escena, a fin de interpretar el modo en que presenta su estructura.
Lo discursivo ofrece como alternativa la de hallar aquellos elementos expuestos de interpretación y los narrativos al situar el contenido en una interpretación análoga de significantes.
Esta combinación integral posibilita que una viñeta puede ser leída como un mosaico, en la que se puede identificar un argumento breve, pero conciso, en una estructura en la que se plantean una situación, un breve interrogante y el remate (resolución). Todas las sensaciones son percibidas visualmente; el lector las ordenará de acuerdo con su percepción, reintroduciendo una duración aunque no esté presente.
En caso de que la situación se desarrolle en un cuadro, puede existir un diálogo superpuesto, que será leído de manera expresiva, es decir, saltando de un globo por vez hasta completar la narración, como un intercambio de preguntas y respuestas. Estos movimientos, percibidos como reales, permiten una eficaz e inmediata comunicación.
Para las viñetas mudas, el encuadre dará el impacto visual y la decodificación paratextual de los elementos, la secuencia interpretativa. Se comienza leyendo un cartel, o bien, el título de la viñeta para continuar observando la narración, es decir, los detalles que se muestran. En este tipo de técnicas, no se recurre a complejas enunciaciones, porque se sobreentiende que el lector está educado visualmente para su comprensión inmediata.
En todos los casos, se aconseja realizar el siguiente ejercicio: Después de leer las viñetas, es necesario que se analice la forma esquemática, los componentes sígnicos, con el fin de comprobar la amplia estructura que ofrecen las viñetas, a pesar de su aparente simpleza.
A su vez, esta práctica intensa, tendrá como finalidad el análisis del metadiscurso, es decir, los condicionantes históricos, políticos–ideológicos, culturales o sociales que pueden estar implícito en su contenido narrativo.
[1] “Lo importante del humor, considerado una forma de opinión, es que es mucho más fácilmente aceptable que la opinión en serio. Algunas tiras cómicas se convierten por momentos en comentarios o críticas de la mayor causticidad, pero expresadas de manera jocosa. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que el humor y el respeto deben ser siempre compatibles.”(Martínez Valle, 1997: 94)

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