domingo, 30 de marzo de 2008

GÉNEROS PERIODÍSTICOS

En el periodismo, los géneros ocupan un lugar fundamental, ya que permiten reordenar un mensaje para trasmitir noticias, comentarios y opiniones. Han heredado ciertas características, siendo más
inmediata y urgente que en la literatura. La literatura es obra de un autor que firma, mientras que en el periodismo se combina en un mismo ejemplar de diario o el mismo telediario la labor de muchas personas, de las que unas aparecen y otras no. Un texto ha sido elaborado y reelaborado por varias manos, que permanecen anónimas. Y unas personas sustituyen a otras por vacaciones, enfermedad o simplemente necesidades de servicio. Le informa que ha preparado uno, otro tiene que editarlo y ajustarlo al espacio o al tiempo, cortando allá y quizás añadiendo acá, datos que el primero no conocía. Hay que saber por lo tanto no sólo qué se está diciendo, sino qué se está haciendo: si se está tratando una noticia, un reportaje, una crónica, un editorial. Los géneros facilitan el trabajo en común. Cuanto más se respeten las convenciones propias del género –nacidas de una peculiar relación entre el contenido y la forma– más homogéneo resultará el trabajo de redacción y más confianza adquirirá el receptor en el mensaje que llega (Gomis, 1991: 144).
1. HACIA UNA DEFINICIÓN INTEGRAL
El periodismo centra la comunicación en la noticia y, en su entorno, nacen los géneros periodísticos con diferentes modalidades de creación lingüística, que están destinadas a cualquier medio de difusión colectiva, con miras a interrelacionar los dos objetivos de la información: relato de acontecimientos y juicio de valor. La interpretación de la realidad que puede ofrecer un periódico está dada por una amplia gama. Lo fundamental, sin embargo, es que cada uno cumpla con una función distinta y cubra una determinada necesidad.
Los distintos géneros: noticia, editorial, reportaje, crónica, critica, etc., en el periodismo, se conjugan en una interpretación amplia.
Comunica lo que pasa (noticia), acerca a todo ello y lo hace ver, sentir y comprender (reportaje), abre ventanas para que lleguen impresiones de lo que ocurre en diversos lugares del espacio y en diversos sectores de la vida social, da cuenta del desarrollo de los actos y analiza y enjuicia las obras que se ofrecen al público (críticas) y recoge las diversas opiniones y puntos de vista bien especializados (comentarios firmados), o aquellos con los que la opinión reacciona ante los hechos que pasan y las noticias y comentarios que se publican (cartas y chistes), y completa el ciclo con la opinión misma del periódico (editorial). Todo es interpretación, de la noticia al editorial, pero interpretación en diversos grados y por distintos medios. Y cada forma de interpretación tiene su estilo peculiar y su función propia en el conjunto del periódico, que abarca desde la información sobre lo que pasa hasta la opinión sobre lo que se debería hacer (Gutiérrez Palacio, 1984: 17).
Hoy, con el auge de las especializaciones, se afirma que existen géneros en el periodismo televisado, cinematográfico, ecológico, radiofónico, etc., a pesar de que muchos autores opinen que este tipo de esquemas es aplicable desde lo gráfico a las distintas especializaciones.
Por ello, José Luis Martínez Albertos amplía el concepto de género periodístico, expresando que son “las diferentes modalidades de la creación literaria, destinadas a ser divulgadas a través de cualquier modo de difusión colectiva” (1982: 188).
2. CLASIFICACIÓN DE PERIODISMO
Para agrupar los géneros en un contexto histórico, es posible hallar una clasificación convencional de periodismo, desde el ideológico hasta el entretenimiento.
El periodismo ideológico se centra en todo el mundo desde mediados del siglo XIX hasta finales de la Primera Guerra Mundial. Es un periodismo doctrinal y moralizador, con ánimo proselitista, al servicio de las ideas políticas y religiosas; se lo puede denominar “opinante”, ya que se trata de una prensa con muy pocas informaciones y muchos comentarios, predominando una cierta mentalidad por sermonear.
El periodismo informativo, en una segunda etapa, aparece hacia 1870 como un fenómeno definido y coexistente durante cierto tiempo con el periodismo ideológico. Entre 1870 y 1914, va perfilándose primero en Inglaterra y luego en los Estados Unidos. Este periodismo, que se apoya en la narración o relato de los hechos, es una etapa en que Georges Weill la denominó “edad de oro de la prensa”. En Europa, mientras tanto, se mantiene la contienda ideológica hasta finales de la primera guerra pero, a partir de 1920, la prensa de información logra imponerse en todo el mundo occidental. Básicamente, es un periodismo de hechos y no de comentarios. La modalidad literaria predominante es la de redactar acontecimientos con una amplia gama de especialidades que dan origen a otros géneros periodísticos informativos: el reportaje, la información y la crónica con sus variantes.
Hacia 1945, la prensa logra un nuevo carácter: la profundidad. Históricamente, puede hablarse de un periodismo de explicación.
Como su nombre lo indica busca explicar, es decir, encontrar las causas y los efectos de los acontecimientos de la información. Este periodismo trata de constatar, de manera exhaustiva, el por qué y para qué de los hechos. Investiga el hecho de la noticia, pero con profundidad, así como su trascendencia. Lo analiza y lo interpreta, sin llegar necesariamente al comentario (Del Río Reynaga, 1991: 41).
El periodismo de explicación surge como una necesidad básica de las sociedades afectadas de manera directa o indirecta de las confrontaciones, ya que se les requería una explicación a los fenómenos sociales que influyeron en los orígenes y perspectivas de los conflictos en particular. No se conformaban con el hecho de que se les informara de manera fragmentada e inconexa, puesto que sólo les podía producir cierto desconcierto y como consecuencia directa la desinformación, desorientación y angustia. Su evolución es marcada y se hace necesario destacar que los géneros, como el reportaje, aparecen aquí en forma intensificada, dando origen al reportaje de profundidad o interpretativo.
La crónica, en cambio, se perfila como un género híbrido. Está a mitad de camino entre lo objetivo de los hechos y el comentario.
El periodismo de entretenimiento es diferente. Se ha internalizado en la sociedad actual como una necesidad. Julio Del Río Reynaga (1991: 54) lo ha calificado como un periodismo que ocupa “un lugar secundario, pero constante en todos los medios”. En la actualidad, surgen con gran auge las revistas de modas, de alimentación, literarias, etc. En los periódicos, han aparecido secciones fijas donde tienen un lugar las tiras cómicas, crucigramas, horóscopos, recetas de cocina, belleza, etc. Todo pareciera indicar que esta nueva etapa marcaría la necesidad de una evasión, aunque pasajera, de los problemas cotidianos.
Cabe destacar que se convive con todos los periodismos señalados. La opinión, por caso, queda reflejada en un comentario, una estadística, una caricatura, o quizás puede darse el caso de que ésta última sea una marcada editorial de un diario.
De esta manera, no se puede hablar de una clase de periodismo propiamente dicho ni de un determinado punto de vista. A grandes rasgos, se diferencian uno de otros, en los siguientes elementos básicos:
1. El periodismo informativo es aquel que persigue como meta la objetividad. Los textos, independientemente de su extensión, deberán responder a las cinco preguntas básicas: ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde?
2. El periodismo interpretativo es el que ofrece una información con explicaciones, interpretaciones y profundidad en los textos. Aprovecha de las preguntas anteriores y pone énfasis en los interrogantes: ¿por qué? y ¿para qué?
3. El periodismo de opinión, en cambio, es el género por el cual un periodista opina sobre distintas alternativas acerca de un hecho o de una información. Discute sus características, considerando a sus elementos como algo global. Plantea, polemiza, disiente de las ideas generales, sociales, políticas y también culturales.
3. PERIODISMO Y LITERATURA
Tanto el periodismo como la literatura comparten aspectos en común. Se puede rescatar a la fantasía como elemento principal de la literatura, comprobando de esta manera lo expresado por Martín Vivaldi: “El literato, el artista creador, puede deformar la realidad exagerándola (en toda creación hay hipérbole)”. El lector “puede pasar de la realidad a la fantasía, yéndose más allá o quedándose más acá del mundo circundante” En cuanto a la creación periodística se establece como regla general que lo que mueve a la sociedad de hoy es la necesidad de transmitir un conocimiento integral, formativo y, a veces, de entretenimiento. El periodismo, aún el más profundo y revelador, deberá interpretar la realidad. “La literatura, la creación literaria, es un lujo, el periodismo es una necesidad” (Martín Vivaldi, 1986: 249).
En gran medida, sería impreciso hablar de que el periodismo pueda aparecer como el hermano menor de la literatura, porque el periodismo es también literatura. Este nuevo género nacido de las crónicas, reportajes, artículos, entrevistas, semblanzas, etc., tiene matices especiales: Todo escrito puede estar presentado con calidad y si es posible con belleza, ya que “el periodista escritor o el escritor periodista, presta dignidad literaria a cuanto informe toca con su pluma” (Martín Vivaldi, 1986: 248).
En casi todos los casos, la literatura puede acercarse al periodismo o alejarse en un doble movimiento para marcar distancias o aprovechar coincidencias. La función de la literatura es distinta a la del periodismo, pero el lector puede ser el mismo, incluso el autor. Cabe afirmar que tanto el periodismo y la literatura se presentan como aliados inseparables.
4. PERIODISMO LITERARIO Y LITERATURA PERIODÍSTICA
Por el momento, se ha incursionado en cada aspecto por separado, pero se pueden fusionar tal como aparecen en la realidad.
Se considera la existencia de un periodismo literario cuando el género predominante es lo periodístico secundado por la literatura, o bien, si se toma a la inversa, lo literario predomina ante lo periodístico. Un cuento o un poema pueden ser publicados en un diario; un artículo o una crónica pueden tener su lugar en un libro. En esta materia no existen reglas fijas, lo mismo que para la fusión entre ambos géneros.
Para analizar esquemáticamente una clasificación de géneros periodísticos, Amando de Miguel (1982: 17) presenta como propuesta la integración entre periodismo y literatura. El periodismo informativo puede abarcar la noticia, su análisis e investigación; el periodismo literario puede ser clasificado como un género ambiguo, ya que puede presentarse a la información en primera persona (reportaje, entrevista, crónica) o otras formas de opinión como ser: editorial, columna, colaboraciones espontáneas y la crítica, según sea el caso. En cuanto a la literatura periodística, el propósito principal es deleitar, entretener y por qué no persuadir y divulgar el conocimiento científico y la creación literaria. Corresponden en este caso las formas del ensayo, humor, costumbrismo, narrativa, etcétera.
Para la clasificación de los géneros se seguirán las pautas del siguiente gráfico:


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