domingo, 30 de marzo de 2008

CRÓNICA

La crónica responde al modelo periodístico más antiguo. Comienza con la oralidad, el lenguaje gestual, desde que el hombre tuvo necesidad de comunicarse. La tradición oral, la épica y las leyendas constituyen sus antecedentes.
La crónica, como forma periodística, corresponde a una narración rica en descripciones. Es la exposición, la narración de un acontecimiento, en el orden en que fue desarrollándose; se caracteriza por transmitir, además de información, la atmósfera en que se produce un determinado suceso.
Es preferentemente la forma expresiva del periodismo informativo, pero también existe la crónica interpretativa, más profunda, con mayor investigación, en la cual se busca, sin opinar del tema, el porque qué y el para qué. Es el relato de un hecho recién ocurrido, desarrollado en la forma más extensa y minuciosa que la simple información pueda brindar.
En su desarrollo, la crónica busca referencias cronológicas aunque en el relato pueden no estar presentes y pone énfasis en las descripciones. Su contenido incluye la narración del hecho, descripciones sucintas de ambientes y personas, transcripciones de conversaciones o testimonios que pueden ser textuales o sintetizados por el periodista, y datos complementarios, antecedentes que le permitan al lector deducir razones y consecuencias, pero siempre sin formular juicios de valor, porque de este modo se ingresaría en el comentario.
1) FORMAS Y TIPOS
La forma original y más antigua de redacción de la crónica es la pirámide normal o relato cronológico, que incluye introducción, desarrollo y desenlace. Ofrece un relato con orden y unidad. Este modelo fue desarrollado por el periodismo norteamericano del siglo XIX. Con el tiempo, surgió la pirámide invertida, y luego, el modelo yunque, la forma periodística más completa. Cuenta con distintas ventajas, entre ellas: Permite una rápida lectura en el principio; proporciona una información pormenorizada y remata con un final de acuerdo con las circunstancias. La única desventaja estaría dada por la imposibilidad de cortar algún párrafo.
Existe una gran variedad de tipos de crónicas en el periodismo español e hispanoamericano, entre los que se destacan: judicial, deportiva, local, de corresponsal extranjero y regional, etcétera.
Es dable destacar que el término crónica puede corresponder a una sección del diario. Ejemplos: “Crónica de la República”, “Crónica de nuestro corresponsal”. En este caso, se debe analizar el contenido del texto para confirmar si se cumple con las reglas del género.
Ejemplo:

CONSULTA POPULAR EN VENEZUELA:
QUIENES SE ENFRENTANEl presidente cuestionado
CARACAS
ENVIADO ESPECIAL
“A Bush le dijeron que yo ya no tenía el apoyo de las fuerzas armadas, y el muy pendejo se lo creyó”. En febrero pasado y en cadena nacional, Hugo Rafael Chávez Frías no tuvo ningún empacho en decir lo que pensaba. Así es su estilo: mordaz, provocativo, casi siempre al borde del histrionismo. “El es mi verdadero enemigo en el referendo”, repitió una y otra vez. Planteó así una dicotomía, como la de aquel lejano “Braden o Perón”.
Debe ser por eso que durante la conferencia de prensa del jueves pasado con medios nacionales e internacionales, el polémico mandatario declaró su “gran afinidad” con el presidente argentino, Néstor Kirchner. “Cada vez me siento más peronista y también más evitista. ¡Qué mujer Eva Perón. Qué valor que tenía!”, dijo en un tono cercano a la emoción, tras ser consultado acerca de cuáles eran los presidentes de la región con los que se sentía más identificado.
Ex coronel paracaidista, saltó al escenario político venezolano el 4 de febrero de 1992 cuando intentó sin éxito derrocar al gobierno de Carlos Andrés Pérez. Como líder del abortado golpe fue encarcelado hasta 1994, cuando el entonces presidente Rafael Caldera le concedió la amnistía.
Confeso admirador de Simón Bolívar, cristiano, fanático del béisbol y amigo de Fidel Castro, con quien comparte su locuacidad, Chávez inició a partir de esa fecha un camino que lo llevaría 4 años después a lograr en las urnas lo que se le negó con las armas: la presidencia del país.
A fines de 1998 obtiene el mandato popular con el 57% de los votos y al asumir, en febrero del año siguiente, lanza una serie de reformas políticas que terminaron con la redacción de la Constitución bolivariana, y el llamamiento de elecciones para “relegitimar” los cargos. En el marco de ese proceso, fue ratificado su mandato en julio de 2000.
Calificado por sus críticos como populista de izquierda, Chávez no tardó en llenarse de enemigos. “Demagogo”, “enemigo de la propiedad privada”, y “amante del comunismo”, dicen sus detractores. A fines de 2001, la promulgación de un paquete de ajuste inició el camino que aún persiste: la confrontación.
Sus leyes enfurecieron a varios sectores del país. Luego de una huelga en la petrolera estatal, en abril de 2002 vio peligrar su sillón en el Palacio de Miraflores. Un golpe de Estado, acompañado incluso por algunos de sus compañeros de armas, lo desalojó del poder por 48 horas. Los errores y horrores de quienes intentaron voltearlo lo ayudaron a recuperar su mandato. “El pueblo llegó a este palacio para no irse más”, declaró el 14 de abril, poco después de recuperar el poder. El enfrentamiento con sus opositores se intensificó.
Nacido en un hogar humilde del estado de Barinas, el 28 de julio de 1954, Chávez es divorciado y tiene cuatro hijos. Durante su campaña presidencial prometió tres cosas: reformar el sistema político, acabar con la corrupción y disminuir la cantidad de pobres.
Tiene en los sectores más marginados de la sociedad su principal sostén. Después de cinco años y medio de gobierno, subsisten en Venezuela grandes capas de pobreza. Esa es su gran deuda.
Clarín, 15 de agosto de 2004

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