domingo, 30 de marzo de 2008

ESCRITURA DE GÉNEROS

Antes de la escritura, se vivía en el espacio acústico de la oralidad, y el lenguaje habitaba en las sombras de la memoria y la arquitectura de los gestos. El lenguaje, a través de su evolución, ha dado forma y orden a la cultura, cuya manifestación logra establecerse en los mecanismos de la percepción y en prácticas materiales donde se concretiza, es decir, en las relaciones y reconocimientos entre los individuos.
La escritura, en cambio, queda conformada en este orden primigenio. Tiene como finalidad la organización del espacio acústico en lo visual, mediante el empleo de un sistema de escritura, basado en la estructura de las letras, signos ortográficos y símbolos. Esto origina un perfil social que interpreta las múltiples realidades y dan como resultado la experiencia y construcción individual en lo colectivo.
La lectura es el acceso a la modalidad de escritura. Se puede afirmar que sin lectura no se puede conformar la escritura. Resulta paradójico, pero es una realidad incuestionable. Manejar el lenguaje escrito, tanto en la escritura como la lectura, implica tomar conciencia simultánea del mundo y del lenguaje. Ocurre, por tanto, una reciprocidad funcional. El lenguaje logra crear un mecanismo de “fijación” del mundo que lo convierte en objeto de reflexión; la escritura, en cambio, “fija” el lenguaje de una manera determinada y lo convierte en objeto de revelación.
En las clases en que se debe ejercitar la escritura, se toma como modalidad una práctica común: redacción tema “la vaca”. Este ejercicio ritual, lejos de tener que aplicar las normas ortográficas, léxico y un orden gramatical del discurso, dista mucho de ser efectivo. La vaca se transforma en un objeto dirigido. La redacción se organiza esquemáticamente dando detalles de la forma, peso, volumen, hábitos alimenticios, etc. No podemos inventar “nuestra vaca”, la que tiene cinco patas, dos cabezas, es de color anaranjada, ni mucho menos con alas y que vuele. Todo se transforma es un esquema, sin ningún dejo de imaginación o fantasía.
La aplicación de una escritura periodística cuenta con múltiples alcances. Al conocer los géneros, se puede aplicar su contenido a otros temas escolares. El alumno podría utilizar la crónica, por ejemplo, para dar a conocer los sucesos de la “Semana de Mayo”.
De esta amanera, la escritura periodística puede optimizar el aprendizaje integrado, a fin de evaluar un conocimiento empírico en base a la propia producción de textos. El alumno ya no aprenderá las reglas de la sintaxis a partir de un “modelo ideal”, sino que podrá aplicar un orden gramatical, basándose en una comprensión lectora, tomando conciencia de las secuencias interpretativas del discurso.
Este eje integrador es válido para todas las materias, ya que la “escritura” es un “recurso primario”, potencial e integrador para la adquisición del conocimiento.

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